Sí. El hubiera no existe. Y sí, tal vez esté de más decir que el problema que enfrenta la SESA con el personal basificado se pudo haber evitado si los “operadores políticos” del gobierno estatal hubieran hecho gala de talento durante la renovación de la dirigencia sindical.
Pero es importante reconocer que este tipo de fracasos tienen consecuencias, como sucede en este momento con la actual administración en el Sector Salud, y lo peor es que los responsables, desde sus zonas de privilegio, se desentienden del problema, como sucede con el grupo que encabeza la diputada Marcela González Castillo.
Al secretario Rigoberto Zamudio le ha tocado lidiar con un asunto que se pudo haber evitado.
Ha tenido que sacar cara ante una situación que no es atribuible a él ni al actual gobierno. La misma Blanca Águila Lima, Secretaria General de la Sección 27 del Sindicato de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSESA) ha reconocido que las insuficiencias del sector salud se arrastran de años atrás, cuando, por cierto, no la vimos con el mismo ímpetu para denunciarlas como lo hace ahora.
Recientemente, la SESA entregó más de 21 mil medicamentos, y más de 18 mil materiales de curación, al Hospital IMSS-Bienestar “Lic. Anselmo Cervantes Hernández”. Y también comenzó con la entrega y distribución de medicinas e insumos al Hospital Infantil y de la Mujer, así como a otros nosocomios y centros de salud.
Lamentablemente, esta información que debe servir para dar certidumbre a los usuarios de los servicios de salud, pero no trasciende por los trabajadores de base, quienes están más animados a sobredimensionar la situación del sector.
