Autoridades estatales de la SESA saturan farmacias de modos míos con medicinas casi caducas y con medicamentos básicos para excusar estantes llenos

A raíz de los anuncios y faramalla hecha por el gobierno del estado donde se presume más de un 90 por ciento de abasto de medicamentos en hospitales públicos de la entidad, trabajadores de nosocomios pertenecientes a la Secretaría de Salud desmintieron dichas afirmaciones, asegurando que por órdenes del titular de la dependencia se provee de medicamentos casi caducos y deficientes las farmacias de los nosocomios.
Al respecto, pidiendo la gracia del anonimato al encontrarse severamente amenazados por los directivos de hacer consecuencias o incluso despidos de socializar la situación real de los hospitales, pues pese a que se ha presumido una condición óptima en los servicios de salud y suministro de medicamentos, la realidad está muy distante a dicho escenario, siendo que casi todos los hospitales y centros de salud presentan desabasto preocupante en medicamentos.
Señalaron que desde el inicio de la actual administración y a la llegada de su titular, Rigoberto Zamudio se han implementado una serie de modificaciones al suministro de insumos que han puesto en jaque la operatividad, siendo que con plena complicidad de la secretario, los laboratorios que proveen medicamentos, siendo recibidos embarques en los almacenes de la SESA con medicamentos caducos o con fecha de vencimiento demasiado cercana, incluso hasta de menos de un mes de vigencia, lo que contraviene los lineamientos por norma del sector salud donde se prevé que la supervivencia de los compuestos activos debe ser mayor a tres meses.
Asimismo, en lo que respecta a las diferentes medicinas, el abasto de productos en las farmacias presentan carencias superiores al 80 por ciento de los compuestos o biológicos necesarios, siendo que en la distribución de productos que realiza la dependías desde las jurisdicciones sanitarias, son entregadas decenas de miles de cajas con analgésicos limitados, poniendo en micólogo ejemplo que en los hospitales de San Pablo del Monte, Nativitas, Apetatitlan, Huamantla y Tzompantepec se surtieron decenas de miles de dosis de paracetamol e ibuprofeno.
Dichas entregas justificarían la entrega de cantidades exageradas de medicinas, donde incluso en muchos de los documentos se manipulan datos para hacer pasar dichas sustancias como medicina destinada a pacientes con enfermedades crónicas, padecimientos degenerativos así como analgésicos específicos, viéndose obligados a que médicos suministren tratamientos limitados e insuficientes a los derechohabientes.
En lo que respecta a productos antibióticos, las mínimas cantidades provistas por la SESA son limitadas a productos caducos o con fechas demasiado próximas, limitando su tiempo de efectividad a menos de un mes, lo que pondría en riesgo la vida de quienes los consumen por la necedad de de mejorar su conexión de salud:
El problema se agrava aún más en él caso de vacunas y medicamentos inyectados, donde el abasto de suministro resulta de dudosa procedencia, pues ante extrañas condiciones en que son entregadas los biológicos, se ha comprobado que se les han entregado ampolletas con agua destilada haciéndolas pasar por vacunas contra la influenza, esquenas de vacunación para niños e incluso insulinas falsas, lo que reflejaría el descaro e indolencia de los directivos por la supervivencia de los pacientes.
Siendo ademas que, personal del área de farmacia y médicos serían amenazados por directivos de no revelar la situación que prevalece en el sistema estatal de salud, esto bajo amenazas de despido o cambio de centros de trabajo como medidas de presión para obligar a renuncias, aunado al encubrimiento de parte de la SESA a personal de confianza en puestos de dirección para manipular información y controvertiré las acusaciones con inspecciones falsas o manipuladas por parte de la Comisión Estatal de Prevención de Riesgos Sanitarios, dependientes del mismo Rigoberto Zamudio.
Al tiempo, señalaron que las tres jurisdicciones sanitarias en la capital, la ciudad de Apizaco y Huamantla serían las encargadas de hacer la distribución anómala, caso específico, denunciaron, el del ex titular de la jurisdicción 1, con sede en la capital, mismo que tras ser obligado a renunciar, fue destinado como titular de la representación en Apizaco, siendo que Eduardo Hernández Blas sería el responsable de continuar con la farsa en los hospitales de Tzompantepec, Huamantla y Tlaxco, además de los centros de salud del norte y oriente del estado.